SISTEMA INMUNE Y CEREBRO

El sistema inmune es un sentido sensorial en sí mismo que conforma el sistema más complejo de nuestro organismo.

Activar el centro de placer del cerebro estimula las células del sistema inmunológico haciéndolas más eficaces a la hora de neutralizar bacterias.

Desde la visión de la comunidad celular el sistema inmunológico supone una serie de barreras que impiden a los microorganismos acceder al interior del cuerpo, y de toda una legión de células que se encarga del sistema defensivo. La piel es una de esas barreras, con una serie de características que la hacen poco habitable por microorganismos. También las mucosas que recubren el sistema digestivo o respiratorio, y que sirven de hogar para múltiples microorganismos beneficiosos que cooperan en las labores de defensa. Tras esas barreras se sitúan las células del sistema inmunológico en varias líneas de defensa, primero las del sistema inmunológico innato que combaten y frenan a los invasores en general, y las del sistema inmunológico específico, que actúan de forma más concreta y que son un avance evolutivo propio de organismos complejos.

La relación del sistema inmunológico con nuestro cerebro es bidireccional. Desde los años 50 se conoce cómo los factores psicológicos y emocionales influyen sobre los procesos inmunológicos, por ejemplo, según algunos estudios las personas con una actitud positiva tienen menos posibilidad de contraer un resfriado. Por otro lado, desde los años 80 se conoce también cómo el sistema inmunológico influye en el cerebro. Algunas células inmunológicas segregan sustancias inflamatorias que alteran la respuesta al estrés afectando a los comportamientos y las emociones. Una buena respuesta inmunológica influye positivamente en la memoria, el aprendizaje y la plasticidad cerebral.

Un reciente estudio científico, “Activation of the reward system boosts innate and adaptive immunity”, sobre la relación entre el sistema nervioso y el sistema inmunológico, mostró que al activar en ratas zonas del cerebro relacionadas con las experiencias positivas y la recompensa, sus células del sistema inmunitario en eran capaces de destruir el doble de bacterias patógenas que en condiciones normales.